Teatro Colonial de Gibara: una obra de mal gusto

El Teatro Colonial, ubicado en el municipio costero de Gibara, es un símbolo de la rica historia y la vibrante cultura de la región. La edificación se construyó en 19 meses, pero lleva 53 años cerrada por «reparación».

El Casino Español, como fue bautizado, con su arquitectura neoclásica constituye una joya histórica de la ciudad. Su importancia va más allá del ingenio civil. Es testigo de eventos históricos de Gibara y es innegable su relevancia para las artes escénicas de la región.

La construcción empezó el 19 de febrero de 1889 y culminó en apenas 19 meses. El proyecto pretendía que la edificación se destacara dentro del entramado urbano. Fue levantado en tres niveles. En su fachada se pueden apreciar pilastras corridas y el típico frontón rectilíneo. Su interior está formado por la clásica herradura italiana destinada a palco, platea y paraíso, totalmente de madera y con una decoración diferente en cada uno de los niveles en cuanto a los elementos estilísticos.

El difunto historiador, Antonio Lemus Nicolau, fue el Director Municipal de Cultura en los primeros años de la Revolución y se encargó de impulsar el arte en sus distintas manifestaciones. Luego de muchas funciones y a pesar de los empeños de Lemus y de todos los que lo amaban, el teatro tuvo que cerrar sus puertas hace 53 años debido al gran deterioro de su estructura.

Tiempos de gloria

El pasado 13 de septiembre, el Teatro Colonial cumplió 133 años desde que abrió sus puertas con la actuación de la famosa compañía de Palau. Sobre ese hecho el historiador gibareño Herminio Leyva diría: «Gibara en aquellos días parecía una capital». La Villa Blanca contaba con talentosos artistas, diversas actuaciones hicieron que el prestigioso teatro se convirtiera en el abrigo de su arte: la celebre compañía de Chiarini, Paulino Delgado, la empresa Benavides, Ignacio Cervantes, la compañía de Zarzuelas de José Marín Varona, el violinista José Dumoi Michelle, los guitarristas Vicente Gelabert y Rey de la Torre y la violinista y bailarina rusa Norka Rouskaya.

A partir de los años cuarenta, asumió la función de sala cinematográfica sin abandonar los espectáculos teatrales. En 1967 el cineasta Eduardo Manet utiliza esta locación para una de las escenas fundamentales de uno de sus filmes. También se presentaron actores como Salvador Wood, Aurora Basnuevo y muchos nombres representativos del arte cubano. Una leyenda muy arraigada entre los gibareños está relacionada con la presentación en su escenario de la bailarina Isadora Duncan.

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Intentos de restauración

El arquitecto Carlos Dum junto a Walter Betancourt, en la década de los ochenta, intentaron su primera restauración la cual no llegó a una conclusión feliz por falta de recursos y otros detalles. En la entrada del edificio, se encuentra escrita una frase, que describe el triste sentir del lugar: «Si ayudas a vestirme yo te acompañaré con todo el esplendor de mi belleza».

Roger Rodríguez Ramírez, director del Complejo Cultural «Eddy Suñol» al cual pertenece el Colonial, comentó que en estos momentos se espera la aprobación de un presupuesto que permitirá continuar con las labores de restauración del teatro. Pero él no tiene una información concisa sobre qué pasará en un futuro.

Un pueblo sin esperanzas

Los pobladores siempre hablan con entusiasmo cuando les preguntan sobre el teatro pero al mismo tiempo reflejan su tristeza y la falta de esperanzas. Al caminar por los alrededores del inmueble, se encontraba un forastero que miraba fijamente el majestuoso teatro y apenado me preguntó: «¿crees que algún día vuelva a reabrir sus puertas?».

«Se han destinado diferentes presupuestos y materiales para la culminación del teatro, pero el desvío de recursos afecta el proceso. Una prueba contundente fue cuando René Besteiro Reyes, quien fue el jefe de la obra durante muchos años, cumplió cárcel debido al robo de recursos», expresó Eduardo Rojas Salermo, una de las personalidades históricas de Gibara.

En fin, la Villa Blanca merece que su teatro vuelva a abrir sus puertas, pero este pequeño pueblo con una inmensa magia cultural e histórica ha perdido las esperanzas. Los gibareños sienten nostalgia por lo que un día fue el Casino Español y esta obra de mal gusto que no termina.

Autor

Un comentario sobre «Teatro Colonial de Gibara: una obra de mal gusto»
  1. ¡ Que bien ! Verdad que uno aprende cada día más con esta Wawa , ojalá cultura ya tome una decisión y acabe de arreglar el teatro para que no se pierda.

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